lunes, 31 de mayo de 2010
La importancia de estar limpio.
Escurrió su larga cabellera dorada con las manos y salió de la bañera cuidadosamente. El vapor del agua caliente había empañado el pequeño espejo del lavabo. Lo intentó limpiar pasando una mano por encima y se observó en él.
Gotitas de agua frías caían desde su desordenado flequillo y descendían por su rostro. Unas diminutas ojeras lilas que se formaban debajo de sus oscuros ojos, reflejaban el cansancio. Esa última semana había sido agotadora, apenas había dormido ya que el interminable trabajo de Biología sobre las células había ocupado todo su tiempo.
Descolgó un gran albornoz azul y cubrió su cuerpo tostado, gracias a las muchas horas de sol en la playa. Abrió la alta ventana para refrescar un poco el baño, el cual había acumulado calor de la reciente ducha. Era de noche, afuera hacia frío, y un soplo de viento helado se filtró por la ventana haciéndola estornudar.
—¿Cuántos días mas piensas pasar metida ahí dentro?—La voz cansina de Connor le llegó desde la cocina. Resopló rodando los ojos. Solo llevaba ahí una hora, no era para tanto.
—Ya voy, ya voy—April se enfundó sus cómodas zapatillas de andar por casa y salió del baño.
—No, si al final terminará con el agua caliente—Se dijo Connor a si mismo en voz alta. Estaba sentado en la mesa de madera que había en la cocina y leía una revista de deporte mientras tomaba una taza de chocolate caliente—He preparado chocolate.
—El baño esta libre, todo tuyo—La rubia se acercó a él mientras se secaba el pelo con una pequeña toalla y le dio un cariñoso beso en la mejilla.
Connor sonrió y la siguió con la mirada mientras se sentaba en el taburete delante suyo. Ella, sin preguntar, cogió el chocolate de su novio y le dio un gran sorbo.
—¡Oye, que ése es mío!—Protestó él. Pero no pudo evitar una risilla al verla con todos los morros manchados de chocolate. Era como una niña pequeña.
—¿De que te ríes?—Inquirió ella ceñuda. Él, aún riendo, le pasó una servilleta señalándola con el dedo la zona sucia. April rechazó la servilleta y rápidamente se llevó la mano a la boca limpiándose, sin poder evitar que un color rosado se posara en sus mejillas—Pues ahora me quedo tu chocolate-Hizo un gesto posesivo con la taza, apartándola del chico. Connor resopló y se levantó para prepararse otra taza de chocolate ya que April se había apoderado de la suya.
Ya hacia cuatro años que salían juntos y dos que compartían piso. Se conocieron en navidades durante un viaje en avión. Ambos iban a pasar las fiestas con sus respectivas familias, y igual que coincidieron en el avión compartiendo asiento, también se volvieron a encontrar en el restaurante y en el quiosco.
Antes de conocerla jamás hubiera imaginado que haría tantos esfuerzos por una mujer. Si alguien tan solo le hubiera insinuado que acabaría haciéndole de sirviente a su novia, él sin siquiera pensarlo, se habría reído en su cara. Pero ella valía eso, y mucho mas.
La rubia comenzó a pasar páginas a la revista de deportes y le dio otro sorbo a su, ahora chocolate.
—¿Melocotón?—Preguntó Connor cerca de su oído. April no se había percatado, en que momento se había puesto junto a ella, cogiéndole un mechón de su pelo húmedo y acercándolo a su nariz para oler el delicioso perfume que le había dejado el champú. Era su fruta preferida.
—Y almendras—Afirmó ella. El moreno se volvió a sentar depositando su chocolate en la mesa.
—Creo que me voy a duchar—Se llevó una mano a su oscuro pelo revolviéndolo distraídamente—¿Me acompañas?—Le preguntó como si fuera lo mas normal del mundo.
—¿Hola?—Ella, sorprendida, le pasó una mano por delante de la cara, comprobando que no tuviera problemas de vista u oído—¡Acabo de salir de la ducha!—Exclamó señalándose a si misma con el dedo índice.
—Pero estás sucia—Connor se encogió de hombros.
—¿Qué? No estoy sucia—Juntó ligeramente las cejas a la defensiva, y él sin dejarla decir nada mas, cogió el chocolate que le había quitado y lentamente se lo vertió por encima.
Ella abrió la boca estupefacta, pero no reaccionó hasta que éste se levantó de su asiento y con las manos metidas en los bolsillos en un gesto despreocupado se apoyo en la puerta del baño observándola con una sonrisa burlona.
—Vaya parece que tendrás que bañarte otra vez—Connor chasqueó la lengua e hizo un gesto de falso arrepentimiento mientras que April seguía en estado de shock. Estaba acostumbrada a sus típicas bromas pesadas, pero ésto se llevaba la palma, y esta vez, ella no lo dejaría pasar.
—Connor—Le sonrió diabólicamente—Te has pasado de la raya—Se levantó de su asiento lentamente y agarró la taza que aun contenía algo de líquido—Ésta me la vas a pagar—Connor la miró de reojo y veloz, entró en el baño en el mismo momento en que la rubia bordeaba la mesa con tanta rapidez que casi se leva una silla por delante. De ésta no se iba a librar.
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Bueno, al fin algo de amor correspodido XD
Aquí cambio la forma de narrar (porque es mas fácil) y por fin hay conversaciones.
Además, es así como escribiré mi historia ( si al final la subo)
Espero que os guste.
Besos!
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Busca en mi bote de cristal
Felicity
Una vez soñé que te perdía. Estábamos en unos icebergs y no me acuerdo si tú te alejabas flotando de mí o yo de ti.
Pero recuerdo que me desperté a tu lado, era media noche y estaba lloviendo, como hoy. Te oí respirar y me calmé.
Era como si nos habláramos sin palabras.
Me pregunto cómo y cuándo aprendimos ese lenguaje secreto. Sólo sé que en algún momento, en los silencios, te oía.
Y ahora sólo me quedan las palabras, estas palabras inútiles cuando lo único que quiero es volver a estar a tu lado.
Hacer que te sientas seguro, ayudarte a dormir. Recuperarte.
2 comentarios:
¡Me encantan esos momentos!
:)
Es muy bonito!! ;)
Que sepas que tienes una seguidora más!!
La verdad es que escribes muy bien... Qué envidia!!
Bueno, me alegraría mucho si te pasases por mi blog- que es nuevo y con poca gente - y me dieses tu opinión sobre lo que escribo.
;) Espero verte por allí.
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