jueves, 20 de mayo de 2010

La loca que baila los fines de semana.

Pam pulsa el play del viejo radiocasete negro que le regaló su abuelo. Se puede oír el suave ruido que hace el CD dando vueltas rápidamente en el aparato. Comienza a sonar la música. Sonríe y sube el volumen al tope, aislándose del exterior. Ahora solo está ella en esa amplia habitación. Le da igual lo que opinen los vecinos sobre el fuerte sonido. No quiere oír nada mas que la música que rebota en las paredes de su cuarto naranja. Pone su mente en blanco y se deja llevar. Empieza a bailar. Se mueve de un lado para otro saltando, dando vueltas y moviendo salvajemente su melena pelirroja. No necesita una coreografía. Simplemente es su momento de desestresarse, de soltarse el pelo, de olvidar todo lo que hay fuera de esa maravillosa burbuja que ha creado y de dejar de pensar en lo que habrá mañana. Deja de ser la Pam tranquila y serena que todos conocen, para convertirse en la loca que pone la música a todo volumen cada domingo por la noche y baila hasta que el cuerpo le dice basta.



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Dejando de lado lo triste, pongo este pequeño texto que se me ha ocurrido hoy.

Seguramente subiré mas sobre esta loca chica con la que me siento, en parte, identificada.

Espero que os guste, me agradan las opiniones ;)

3 comentarios:

Liju dijo...

Mola! I per fi no és depriment! xD
Vull saber-ne més d'aquesta noia... ;P

Petons!

Srta. Liv dijo...

Me gustó mucho este post de Pam, a mi tambien me gusta hacer eso; pero no los domingos por la noche! Un besazo

Marea Malabares dijo...

Pam me recuerda a alguien... ^^
¡Un beso!

Busca en mi bote de cristal


Felicity

Una vez soñé que te perdía. Estábamos en unos icebergs y no me acuerdo si tú te alejabas flotando de mí o yo de ti.

Pero recuerdo que me desperté a tu lado, era media noche y estaba lloviendo, como hoy. Te oí respirar y me calmé.

Era como si nos habláramos sin palabras.

Me pregunto cómo y cuándo aprendimos ese lenguaje secreto. Sólo sé que en algún momento, en los silencios, te oía.

Y ahora sólo me quedan las palabras, estas palabras inútiles cuando lo único que quiero es volver a estar a tu lado.

Hacer que te sientas seguro, ayudarte a dormir. Recuperarte.