Un pequeño paso para Pam, es un gran paso hacia su libertad.

—Cariño, ¿que no sales a tirar la basura?

Se había mentalizado, no era tan difícil responderla. Seria su primera vez y había reflexionado a fondo la noche anterior. Hoy era su gran día, un pequeño paso hacia la ansiada libertad. La libertad que hasta ahora solo había tenido los domingos por la noche. Pero quería mas. Mucho mas, y ese seria su comienzo.

Pam respiró hondo antes de contestar a la sencilla pregunta que le hacia su madre.

—No—Al fin lo dijo. Cerró los ojos y esperó, pero no ocurrió nada. El mundo no se terminaba. En realidad todo seguía igual que siempre.

Una oleada de sensaciones sacudió todo su cuerpo hasta la punta de sus pies. Tenia ganas de saltar y gritar. Sentía alivio y alegría, como si se hubiera quitado un gran peso de encima que llevaba cargando toda su vida.

Lo había conseguido, era su primera negación. Se había atrevido. Toda su maldita vida haciendo lo que la gente le pedía, sin contradecir ni protestar, sin decir lo que pensaba. Su único objetivo era complacer a sus padres. Hacerles sentir orgullosos de tener a la hija perfecta. No veía mas allá de lo que tenía en las narices. No tenía planes futuros. Pero se acabó. Ella no quería seguir el mismo ejemplo que su hermana, la de las dos carreras. Estaba harta de ser el robot estúpido y sin personalidad que existía por y para los demás. Quería vivir. No solo existir.

Pam giró sobre sus talones y sonrió, satisfecha consigo misma, dejando atrás a su madre, un tanto confusa.

No se si os acordareis de la loca de Pam...

Quizas la situación es un poco exagerada pero así se hace mas entretenida :)